Por: ANA CAROLINA RODRIGUEZ
COLAMARCO
INTRODUCCION
La discusión sobre la relación
entre inflación y desempleo, ha causado polémica desde que se planteó la curva
de Phillips, muchos teóricos han refutado o bien ratificado, el planteamiento
inicial, pero cada uno de ellos ha contribuido a la creación de diferentes
modelos que estudien dicha relación, teniendo en cuenta diferentes variables según
sea el caso.
La relación entre inflación y desempleo es el
objeto de estudio de este documento, teniendo en cuenta dos modelos, uno es “el
modelo de inflación después de la crisis” creado por Stock y Watson (2010) y el otro es la NAIRU, aplicada para
Colombia por Arango, Garcia y Posada (2011), ambos modelos, tienen en cuenta diferentes
variables, lo que hace interesante su aplicación.
Para
entender mejor este documento, se ha dividido en cuatro grandes partes, la
primera CONCEPTOS TEORICOS, hace una contextualización básica en los
antecedentes que dieron pie a los modelos a tratar; la segunda parte EL MODELO
DE STOCK Y WATSON, se centra en algunos de los resultados del estudio realizado
para la creación de su modelo; la tercera parte INFLACION Y DESEMPLEO EN
COLOMBIA, nos habla sobre las variables tenidas en cuenta para calcular la
NAIRU para Colombia desde 1984 al 2010; y por ultimo en la cuarta parte
encontraran las conclusiones a las que nos llevo esta pequeña investigación.
I
CONCEPTOS TEORICOS
La relación entre inflación
y desempleo ha sido un tema de discusión y profundo debate entre los
economistas de hoy en día, es tanto así que después de 50 años de su
planteamiento no se ha logrado llegar a un acuerdo sobre dicha relación y su
impacto para el manejo de las políticas macroeconómicas.
Desde el planteamiento de
A.W. Phillips en el 1958
en el que estableció que existía una correlación negativa entre la tasa de
desempleo y la inflación, de manera que cuando el desempleo era bajo, la
inflación tendía a ser alta y al contrario que en los periodos en que el
desempleo era alto, la inflación tendía a ser baja, se han planteado muchas
teorías que contradicen o reafirman el postulado inicial.
Los planteamientos han sido
variados y van desde las consignas monetaristas de considerar que la curva de
Phillips solo surgió como una forma de darle al planteamiento keynesiano una
estructura que permitiera ajustar su modelo ante la falta de uno que explicara la
inflación, hasta cuestionamientos que consideran que es simplemente una
relación empírica sin ninguna base teórica sólida.
En
los años 70, Friedman (1968) y Phelps
(1967, 1968) plantearon una hipótesis, en la que se sustentó que la relación
inflación - desempleo no necesariamente era una relación estable, sino que
existe una tasa natural de desempleo, la cual se definía como aquella tasa de
desempleo en la que la economía convergiría en el largo plazo en ausencia de
cambios estructurales en el mercado de trabajo. Ahora una nueva variable
aparecía en esta disyuntiva: la inflación esperada. Un incremento en la
inflación esperada estaba asociado con un incremento igual en la inflación
actual. A esta hipótesis se le denominó “curva de Phillips aumentada con
expectativas”.
Esta
definición tiene una importante implicación y es que la política monetaria
expansionista llevaría a incrementos en la inflación que no venían acompañados
de disminuciones en el desempleo. Inclusive, según Friedman, “una inflación más
alta podría incluso tener efectos opuestos, es decir, a largo plazo, se podría
aumentar el desempleo.”
Posteriormente,
la teoría de la tasa natural, fue pulida, al introducir en el análisis la forma de cómo
los individuos basan sus expectativas. En primer lugar se asumió que estas expectativas,
eran de carácter adaptativo, es decir, que la inflación esperada no era más que
un promedio de la inflación pasada.
Para esta década ya el planteamiento inicial,
empezó a evolucionar y se le incluyeron otros ingredientes. Pero también se dio
pie a una nueva discusión entre inflación y desempleo. Para algunos, aceptar las expectativas
adaptativas como una descripción del mundo, siendo estas totalmente indiferentes
a los regímenes monetarios es una hipótesis que no se sostiene por sí misma. Sobre
este postulado, se fundó “la revolución
de las expectativas racionales”, donde se puede decir que los individuos
siempre actúan de manera racional, es decir, cada individuo predice el futuro utilizando
toda la información con la que cuentan y se basa en teorías verdaderas, de
hecho que es muy difícil que caigan en errores sistemáticos.
A
partir de estos postulados, el concepto de tasa natural de desempleo ha sido
abordado desde diferentes puntos, pero una de las caracterizaciones más
importantes es la que se basa en un concepto más dinámico que la define como “una
tasa de desempleo en la cual la inflación se estabiliza en ausencia de sorpresas
en la formulación de salarios y precios; este concepto presente en la
literatura moderna de los mercados laborales actualmente es conocido como NAIRU (Tasa de desempleo no aceleradora
de la inflación)”.
La
NAIRU, tuvo su origen en los desarrollos analíticos de la curva de Phillips.
Donde fue definida por Modigliani y Papademus (1975), como “[…] la tasa tal
que, siempre que el desempleo este por encima de ella, se puede esperar una
caída de la inflación – excepto tal vez cuando se parte de una tasa (de
inflación) muy baja”.
Con
los años, la curva de Philips ha sido cuestionada o aceptada por distintos teóricos,
quienes a su vez han realizado aportes importantes para complementarla y hacerla
mucho más exacta ó se han dedicado a buscar los errores que la hacen inexacta,
planteando hipótesis que en muchos casos han sido correctas.
Teniendo
en cuenta esta pequeña reseña conceptual, pasaremos al punto de estudio que
concierne esta investigación, la relación entre la inflación y el desempleo,
teniendo en cuenta los modelos que se han venido creando a partir de la curva de
Phillips, haciendo énfasis especialmente en el propuesto por Stock y Watson
(2010) y la estimación de la Nairu en Colombia.
II MODELO DE STOCK Y WATSON
Stock
y Watson (2010) defininen su propuesta de la siguiente manera, “Proponemos un
modelo fuertemente parametrizado en el que la desviación de la inflación a
partir de una tendencia estocástica (que interpretamos como se espera a largo
plazo inflación) reacciona de forma estable a una nueva medida de la brecha, lo
que llamamos la brecha de la recesión el desempleo. La respuesta a corto plazo
de la inflación a un aumento de esta brecha es estable, pero la respuesta a
largo plazo depende sobre la capacidad de recuperación o anclaje, de la
tendencia inflacionaria. Las Simulaciones dinámicas (dada la trayectoria del
desempleo) coinciden con los caminos de la inflación durante el post-crisis
1960, como la actual.” Por consiguiente se puede decir que el modelo propuesto
por ellos, aplica para la crisis actual.
Cabe
destacar, que su estudio, se centra solo en una parte de la curva de Phillips -
lo que ocurre durante las crisis - y no dice nada sobre el comportamiento de la
inflación en los auges. Esto se argumenta ya que la brecha de recesión no es
una medida de la brecha estándar, en el sentido de que sólo mide la gravedad y
el momento de las contracciones económicas.
Tres
importantes fuentes de incertidumbre, enmarcan su estudio, el primero se
refiere a la incertidumbre de su modelo econométrico, donde el movimiento a
largo plazo de la inflación en respuesta a una disminución a corto plazo dado
en la actividad depende de la volatilidad del componente de tendencia de la
inflación: si la tendencia es resistente a continuación, la inflación vuelve a
la tendencia, pero si la tendencia es volátil a continuación, la tendencia
refleja la inflación. Estas dos situaciones, fueron analizadas en su estudio y
encontraron, que dichas situaciones se encuentran en el registro de los últimos
50 años en Estados Unidos.
La
segunda, se refiere a la necesidad de las proyecciones de recesión actual de
extrapolar las tasas de inflación bien sea en el borde o fuera del rango de
datos; en la mayoría de los casos el realizar la extrapolarización, no se puede
confirmar con firmeza mediante pruebas estadísticas. Igualmente, argumentan que
“la dinámica de la inflación podrían
cambiar en la región en la que la política monetaria convencional se vuelve
ineficaz y el modelo paramétrico podría estar mal equipados para manejar esto”.
Lo que aclara que para la aplicación del modelo, se debe tener en cuenta la
efectividad de la política monetaria que se implemente.
En
tercer lugar, encontraron que existe un episodio clave que no coincide con la
regularidad histórica, refiriéndose al aumento de la inflación a finales de
2003 hasta 2004. Aumento que se dio a pesar de la "recuperación sin
empleo", en el que la tasa de desempleo permaneció en varios casos, cerca
de su pico. Su conclusión proclama, “Debido a que la tasa de desempleo se
mantuvo alto, el modelo brecha recesión predijo caída de la inflación con
respecto a 2004, cuando, de hecho, la tasa de cuatro trimestres de la inflación
se incrementó en 0,7 puntos porcentuales desde el 1,5% en 2003 al 2,2% en
2004.” Para este incremento, encontraron dos explicaciones principales, la
primera es que el aumento se debió a factores especiales y los aumentos de
precios externos a la economía de EE.UU., que a su vez pasa a través de la
inflación subyacente; y la segunda, se refiere a que el aumento de la inflación
subyacente en los primeros meses de 2004 se atribuye principalmente a los
costos de energía (que habían aumentado considerablemente) ya una depreciación
del dólar. Pero esta explicación, no concuerda con la evidencia econométrica
encontrada referente a los precios del petróleo, y aunque los precios de la
vivienda aumentaron considerablemente durante el 2004 el componente de vivienda
del PCE no empezó a aumentar considerablemente hasta finales de 2005, mucho
después de la elevación inexplicada de la inflación en 2004.
En
pocas palabras, este modelo pone en tela de juicio, que la relación inflación –
desempleo, está dada por diferentes predictores, como lo son la brecha de la
recesión del desempleo, la volatilidad de la volatilidad del componente de
tendencia, el nivel de la inflación, la tasa de utilización de la capacidad, el
PIB real, el índice de la producción industrial, el empleo, las expectativas, las políticas monetarias y los precios de
energía y vivienda. Cada uno de estos predictores juega un papel importante, ya
que algunos pueden dar la explicación a muchos de los cuestionamientos en
cuanto a la relación entre inflación y desempleo.
III INFLACION Y DESEMPLEO EN COLOMBIA
Desde
hace algunos años, en Colombia se han estimado la NAIRU y la tasa de desempleo
de largo plazo. Dentro
del estudio realizado por Arango, Garcia y Posada (2011), se establece la Nairu
para Colombia en el periodo comprendido entre 1984 y 2010, teniendo en cuenta las
modificaciones que se han presentado en la estructura y las normas del mercado
laboral, los cambios asociados al mayor nivel educativo de la población y el
avance de la mujer en el mercado laboral, adicionalmente observaron cambios
como el aumento de los costos laborales del salario y las reformas tendentes a
flexibilizar el mercado laboral y reordenar el sistema pensional.
Para
estimar la Nairu en Colombia, siguieron a Weiner (1993), quien supuso que la
Nairu depende de la tasa de desempleo de un grupo particular que es eleje del
proceso; en consecuencia, a partir de la misma, Arango, Garcia y Posada (2011),
estimaron Nairu particulares para cada grupo escogido y la Nairu total.
El
enfoque está compuesto por cuatro pasos:
1.
Estimación de
una curva de Phillips.
2.
Obtención de la
Nairu para el grupo básico.
3.
Se toman en
cuenta los grupos demográficos y se obtiene la tasa de desempleo para cada
grupo.
4.
Se calcula un
promedio ponderado de las Nairu de los grupos, estimándose así la Nairu total.
En
el primer paso, observaron la existencia de distintos regímenes en la curva de
Phillips: el primero, que correspondía al subperíodo de 1984 a 1988, que fue
una etapa de expansión económica; el segundo, correspondiente al subperíodo de
1989 a 1993, etapa que fue marcada por profundas reformas económicas; el
tercero, de 1994 a 1999, etapa caracterizada por la implementación de la Ley
100, por una rápida expansión económica y al cierre de la década de los 90, por
una fase de aguda recesión; y el cuarto, correspondiente al subperiodo de 1999
a 2010, que estuvo marcado por un constante auge, en especial después de 2002.
Para
la obtención de la Nairu del grupo básico (segundo paso), realizaron diferentes
estimaciones tendientes corregir la
Nairu por factores demográficos.
Dentro
de los resultados obtenidos en dicho enfoque, se observaron que entre diciembre
de 1994 y marzo de 2001 la tasa de desempleo aumento a un ritmo promedio
mensual de 0,18% mensual, mientras que entre junio de 2001 y diciembre de 2007
cayó a un ritmo promedio de 0,11% mensual, pese a la fuerte expansión
económica. Estos datos, y su causal, sugieren la existencia de algunas
particularidades del mercado laboral colombiano. Como conclusión del resultado
del enfoque, dicen, “Finalmente, el comportamiento de la tasa de
desempleoindica el comienzo de un episodio de presiones inflacionarias al
promediar la década anterior, ya que aquella se aproximaba a los niveles
críticos que marca la Nairu estimada”.
Dentro
del estudio realizado por Arango, Garcia y Posada, existe otro tema que es
preciso tocar puesto que está relacionado con el cálculo de la Nairu.
III A INFLACION, METAS DE INFLACION Y DESEMPLEO
En
Colombia, las cosas en materia de política monetaria, cambiaron a partir de
1991. Además de adelantarse una acción independiente, donde se fija de manera
explícita una meta de inflación para cada año, acción que viene operando desde
1999.
Arango,
Garcia y Posada (2011), realizaron una estimación de formación de expectativas,
para después estimar una curva de Pillips(1958), similar a la de Weiner (1993).
El resultante de esa variante se denomina “tasa de desempleo compatible con la
inflación igual a la meta”.
La importancia de la meta de inflación, se puede
corroborar, ilustrándola junto con la inflación real, que para el caso del
estudio, mostro que para el periodo de 1991 a 2010, se observo que entre
principios de 1991 y diciembre de 1998 la inflación estuvo por encima de la
meta. Lo que afirma que la meta de inflación puede servir como una aproximación
a una regla de formación de expectativas.
Al
aplicar la hipótesis de que los agentes formulan sus expectativas teniendo en
cuenta tanto la meta como el desempeño de la autoridad monetaria con respecto
al cumplimiento de esta, al modelo de curva de Phillips, se deriva una tasa de
desempeño compatible con el cumplimiento de la meta, la cual Arango, Garcia y Posada (2011) han denominado
“Tadecim”. Para ellos, el valor promedio de la “Tadecim” se presento por la
concurrencia simultánea de tres condiciones, las cuales especifican así, “a)
expectativas que observan el pasado sobre todo cuando ha habido insuficiente
credibilidad en la meta de la inflación; b) alta frecuencia de casos en los
cuales la inflación observada ha sido superior a la meta; y c) trayectorias
declinantes de las metas e inflaciones observadas.” De esta forma, concluyen
“En cualquier caso, los niveles de Nairu y de la tendencia Tadecim sugieren la
existencia de dificultades estructurales del mercado de trabajo que impiden que
la tasa de desempleo pueda ser reducida de manera importante, sin incurrir en
unos costos de mayor inflación”. Lo que nos lleva a pensar que si existe de
cierta forma una relación estrecha entre inflación y desempleo.
IV CONCLUSIONES
La
relación entre desempleo e inflación, ha sido abordada des de diferentes puntos
de vista, todos aquellos validos según la situación en la que se implemente
cada una de las teorías, las situaciones varían, según las políticas monetarias
o las expectativas existentes, por lo cual se puede decir que cada una de las teorías
tiene validez pero se debe analizar muy bien el entorno, antes de implementar cualquiera
de ellas.
El
modelo planteado por Stock y Watson (2010), nos permite deducir que no solo
existe una relación entre inflación y desempleo, si no que existen otros
predictores que contribuyen a entender la situación de estos. Para esto es
necesario tenerlos en cuenta con el fin de aclarar las dudas pertinentes a los
resultados. De no tener en cuenta dichos predictores, los resultados podrían ser
inexactos, ya que dichos predictores descartan o afirman las causas de los
cambios en la relación.
El
contraste entre el modelo de Stock y Watson y el estudio realizado por Arango,
Garcia y Posada (2011), permite concluir que la política monetaria influye en
gran parte la relación entre inflación y desempleo, y que en el caso de Stock y
Watson, de esta depende el éxito en la aplicación del modelo.
Arango,
Garcia y Posada (2011), concluyeron que el fijar de manera explícita una meta
de inflación para cada año, puede servir como una aproximación a una regla de formación
de expectativas, puesto que en el caso colombiano y según su estudio, donde en
algunos años analizados, el resultado superó la meta estipulada.
REFERENCIAS
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Colombia: Nairu y tasa de desempleo compatible con la meta de inflación
(1984-2010)”, El mercado del trabajo en
Colombia: hechos, tendencias e instituciones, pp 333-349.
FRIEDMAN,
M.: “Inflacion y desempleo”, Los premios Novel de Economía 1967-1977, fondo de
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FUENTES,
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